El tono empleado en los primeros minutos es esencial para atraer la atención del público, en cualquier entorno.
Una buena manera de empezar es leer una cita interesante o explicar alguna anécdota divertida sobre un logro previo con algún otro equipo, algo que esté relacionado con lo que se tratará en la reunión y que sirva de introducción.
Otra posibilidad sería romper el hielo con alguna actividad divertida que relaje el ambiente y ayude a conocerse mejor. Consigue que descubran datos sobre los demás y que los relacionen con el grupo o que expresen cómo se sienten con una palabra o un dibujo.